Cuando Cantona se convirtió en Yoda

Como lo leyeron en RollingStone.

Cuando Cantona se convirtió en Yoda

Por Arturo Aguilar

En ‘El Imperio Contraataca’ (Kershner, 1980), Luke Skywalker logra encontrarse a si mismo (y desarrollar ‘la fuerza’ que vive dentro de sí) gracias a su maestro y mentor: Yoda.

Eventualmente, todos hemos imaginado el tener una figura así en nuestras vidas. Ese eventual Pepe Grillo al cual poder recurrir para escuchar una suerte de voz interna/externa que nos cuestione, eduque o apoye en momentos de crisis personal, profesional o de duda existencial.

En ‘Buscando a Eric’, del británico Ken Loach, el “Eric” del título no hace referencia únicamente al famoso futbolista francés, ex estrella del Manchester United, deportista colérico y talentoso como pocos (Aún recuerdo la patada voladora que en pleno partido le propinó a un espectador que lo insultó desde la primera fila de las gradas y los múltiples incidentes que le costaron no ser convocado a la selección gala para la Eurocopa de 1996 en Inglaterra cuando probablemente era el mejor jugador francés activo), sino a otro Eric. Uno mucho menos popular y carismático.

Eric Bishop es gris, desanimado y está superado por la realidad que lo rodea: dos hijos adolescentes cuya obediencia es nula y quienes están por integrarse a una banda de criminales juveniles, un trabajo monótono en la oficina postal, un abandono emocional total y una soledad que lo podría orillar a la locura. Un Eric al que jamás se le podría apodar ‘The King’, como sí sucedía con el francés.

Y en ese retrato típicamente británico de la clase trabajadora y sus pasiones, como la de este Eric cuya religión son los Diablos Rojos del Manchester United, es posible adentrarse en una obra de reflexión y de una profundidad emotiva y psicológica interesante y rica.

Ken Loach es uno de estos cineastas de la vieja escuela europea del cinema verité. Para muchos estudiosos, es el último heredero del realismo social británico, subgénero enfocado en retratar sin inhibiciones, censuras o clemencia la vida de la clase trabajadora del Reino Unido, los fenómenos sociales y sus procesos en un contexto amplio. Una muy recomendable cinta de este género es This is England (Shane Meadows, 2006).

Sin embargo, ‘Buscando a Eric’ pasa antes por el filtro de lo emocional en el espectador. En la empatía o simpatía por este Eric venido a menos que necesita urgentemente recuperar un entusiasmo por vivir, aparentemente perdido hace tiempo.

Y ahí es donde entra en escena Eric Cantona en el papel de Eric Cantona. Figura mítica, deidad venerada en el panteón deportivo británico que logra convertirse en la tabla de salvación de Eric, el cartero.

Cantona se transforma así en un Yoda privado para Eric, incluido el uso de reflexiones o frases casi incomprensibles (en el caso de Yoda, se debía a su fascinación por romper reglas gramaticales y lingüísticas alterando sujeto y predicado y mucho más), metáforas y citas casi filosóficas.

Pero no hay nada de mágico en esto. Detrás, la realidad sigue exigiendo de Eric Bishop mucho más, en un momento en el que parece no estar bien ni para él mismo. Esa introspección, esa crisis profunda que invita a la catarsis y al cambio es el fondo de Buscando a Eric uno de sus mayores atractivos. Una cinta juguetona (que para algunos podría rayar en las fronteras del realismo mágico) pero que nunca deja de tener los pies en la tierra.

No se trata solamente de un ejercicio dramático con carga emocional, se trata paralelamente de una radiografía social de los procesos y cambios en las costumbres de esta clase trabajadora en Inglaterra durante las últimas décadas, los estragos y crisis personales que vienen de la mano de las circunstancias sociales externas imperantes.

Divertida tanto como emotiva y dramática, Buscando a Eric es de esas cintas que podrían pasar desapercibida en la cartelera pero que pueden regalar mucho para una conversación post función, un rato de introspección personal o un análisis sociológico y psicológico de nuestras condiciones humanas y/o sociales.

Para los futboleros, es la oportunidad de ver en pantalla grande, algunos momentos memorables de Cantona en la cancha que sirven como metáforas en sus enseñanzas.

Eso, créanme, vale bastante la pena. Además, quién no disfrutaría ver de consejero de vida a un hombre que fue por las canchas causando polémica, golpeando y peleándose con todo y todos y parece hoy, un sereno monje budista.

Si Cantona sigue así, Yoda ya tiene buena competencia.

 

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