¿Por qué el exilio?

 

«Ok. Lo sé. Lo admito. Escribir un blog debe de ser hoy en día una de las cosas más vitupereadas, clichetudas y repetidas del planeta, pero ¿qué le vamos a hacer? Se me antojó unirme a la fiebre comunicativa/autoral.»

En Angkor Wat, Camboya.

 

El anterior texto lo escribí en 2006, cuando abrí este espacio en Blogger tras previos y muy dispersos intentos de mantener viva una bitácora digital desde Geocities o los Groups de Yahoo a finales de los 90s hasta MSN Spaces al iniciar el siglo.
Meses después de abrirlo, llegué a convertir el blog en una página propia (esta misma dirección) que por razones varias (la muerte de un amigo con quien vivía, un nuevo cambio de ciudad y otras variables emocionales y profesionales) olvidé y dejé que se perdiera.
Antes de dar inicio con lo que quiera que esto sea o en lo que sea que esto se convierta, debo admitir que buena parte de la responsabilidad de querer volver a escribir a través de una bitácora digital la han provocado colegas y amigos. A eso habría que sumarle el hecho de que a veces uno se queda con cosas en la lengua que hubiera querido escribir, y ni modo de emprender una diatriba contra la sobrevaloración del Starbucks o las inconsistencias mentales femeninas y masculinas en los medios donde trabajo y colaboro. Digamos que no son el espacio adecuado para dar rienda suelta a mis propias obsesiones. Que siendo sincero, son hartas y variadas.
No faltará quien se pregunte a qué carajos viene eso del «exilio» (tema recurrente en mí gracias a años de experiencia estableciendo hogares temporales en los más variados rincones del planeta: Alemania, Tailandia, Cuba, Argentina, Colombia y hasta Monterrey, México).
Pues trataré de explicarlo.
Exilio es la condición en la que uno está fuera o lejos de SU tierra o país (de eso sé algo por experiencia), a veces impuesto, a veces elegido.

tarde de lectura.

La 2ª acepción de la RAE dice: 2. m. Expatriación, generalmente por motivos políticos.
Por licencia/extensión poética/narrativa, también se puede entender como el estado de lejanía respecto a un lugar, a su gente. Al lugar de la gente que tiene las mismas ideas que los demás y pocas veces consideran cuestionarse las cosas, lugar de la gente de los prejuicios y la poca curiosidad, lugar de la gente incapaz de admitir un error, abrirse a una nueva idea o de tomar un riesgo. Un lugar del que hay gente de muchos países. Espero que me sigan la idea.
No se trata solamente de irnos a otro lugar, sino de las experiencias introspectivas que vienen con esos viajes y de las ideas y reflexiones que nacen con ellas. De también exiliarnos (alejarnos, separarnos) emocional, sentimental o referencialmente de todo para encontrar lo que nosotros realmente creemos, pensamos y queremos; y por ello, para quienes muchas veces no dejamos salir TODO lo que pensamos, sentimos o creemos (por tener que ser en algún grado políticamente correctos en la oficina y no provocar un despido; por no incomodar a los conocidos, amigos y familiares con excéntricos pensamientos y posturas sociales; para no provocar un galimatías cuando te gusta la amiga que ya tiene novio), el exilio es la patria alterna sin importar dónde vivamos. Ahí somos y decimos sin limitaciones ni censuras de contexto o circunstancias. Y así es como vivimos en un constante exilio que ya no depende de geografías, como lo fuera en mi caso hace algunos años. El exilio como un estado desde el cual observar las cosas.
Es ahí donde nos sentimos seguros, tranquilos y en confianza. Ahí, no siempre necesariamente a solas, soltamos la sopa y decimos lo que pensamos tal cual. (Suelo decirlo en la vida diaria a la menor provocación, tanto que algún par de trabajos he perdido por mi brutal sinceridad. Pero ya estoy aprendiendo a quedarme un poquito más callado en ciertas circunstancias profesionales… en lo personal nunca me quedo callado de nada).
Para tal caso, sirva este exilio digital como lugar para dejar salir ideas, miedos, pensamientos, alucinaciones, ocurrencias, vivencias, chistes y esperemos un largo etcétera.
Sea así inaugurado este espacio para soltar el dedo… a ver qué sale.

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